Gracias a la forma cónica en combinación con la membrana, se pueden procesar medios ligeramente contaminados, arenosos, así como pastosos y pegajosos, como soluciones de cacao, melaza o azúcar. La perforación del cono actúa como un filtro grueso y protege los sistemas aguas abajo, como bombas y plantas, con unas necesidades de espacio mínimas.